El 28 de febrero de 2013 cesaba el Papa, llovía a cántaros y a mi me atracaban en un alquimódulo en la sede de RTVV en Burjassot. Así me sentí yo después de 23 años de servicio y una oposición ganada en 1989. Un técnico medio me entregaba una carta comunicándome la extinción de mi contrato de trabajo firmada por un señor, al que no me han presentado, ni vino por allí, ni me conoce de nada. Le disculpo por esa falta de cortesía Señor Reig de la Rocha, comprendo perfectamente que en las extinciones en masa es imposible esa clase de remilgos. Se ejecutan y ya está. Para eso le pagan, por la firma. Las extinciones en masa se planifican. Estos primero, aquellos después y, un poco más tarde, los demás, que están acojonados y les exprimiremos hasta el final. Todos los martes y los jueves por estricto orden alfabético. De 50 en 50 y rapidito. 1198 extinguidos a la fosa común del paro.
Esta extinción vino precedida el 9 de febrero por un correo electrónico en que se me comunicaba que había sido AFECTADO por el ERE de RTVV y en el que se me daba cita para la ejecución el día 28 del mismo mes. Afectado/da es el participio del verbo AFECTAR. De las acepciones de AFECTAR que recoge el diccionario de la Real Academia de la Lengua la que más se adecua a este ERE que nos ha afectado es: Dicho de una enfermedad o de una plaga: Producir o poder producir daño en algún órgano o a algún grupo de seres vivientes. Inmediatamente dejé de mirarme el ombligo y de relamerme las heridas. Me di cuenta que afectados por esa extraña enfermedad del ERE de RTVV éramos todos: los despedidos, los que se quedan y toda la sociedad valenciana. Todos seres vivos, todos personas, todos juntos una comunidad.
¿Por qué piensa usted, ciudadano que lee estas líneas, que el daño causado se cauteriza con despedir a 1198 magníficos profesionales? Si usted es un ciudadano comprometido, o al menos mínimamente preocupado por su bolsillo, se daría cuenta que le han estado tomando el pelo, mintiendo, manipulando y robando. Usted ha pagado RTVV y usted seguirá pagando los 1300 millones de deuda que sus “brillantes” gestores han acumulado. Si usted fuera uno de los trabajadores de RTVV despedido, con 23 años de experiencia acumulada, cumplidor, con oposición ganada, tendría ante sus ojos, no solo un horizonte en el paro y una industria audiovisual valenciana devastada por estos mismos gestores, vería claramente que la razón de su despido es la calaña que en los últimos años ha dirigido la radiotelevisión pública valenciana y las políticas audiovisuales de la Comunidad Valenciana. Además tendría la certeza de que su funesto destino no es producto de un plan de viabilidad pensado y razonado que garantice la continuidad y buen funcionamiento de RTVV, sino de una cuestión política, o mejor dicho, una cuestión ideológica (que la política ya está suficientemente desprestigiada).
Los que han planificado lo que será la próxima RTVV son unos irresponsables, escapan como ratas del barco y andan en paradero desconocido. Nadie da respuestas. Jaraba dice: yo me hago el hombre invisible, Reig: no se nada, sólo pasaba por allí, Domínguez y De la Viuda: yo sólo cumplía órdenes. Rosa Vidal: yo soy nueva, no es cosa mía. Tirarlos a todos incluidos los tontos útiles que han hecho el trabajo sucio, Pedro García: La culpa es de los técnicos, ¿No pensará usted, ciudadano, que la culpa del despilfarro económico de RTVV la tienen el Iluminador y su mujer, operadora de equipos, con dos hijos, que han tributado a Hacienda, pagado religiosamente su hipoteca e ido a trabajar día tras día? No, los responsables andan sueltos. Se sientan en la bancada de les Corts, siguen dirigiendo nuestros destinos y pretenden seguir gastando por encima de nuestras posibilidades. No tienen dinero para las empresas públicas pero si para Sociedades Anónimas como el Valencia FC.
RTVV no volverá a ser nunca lo mismo. Escudada en el eufemismo de la externalización, no será otra cosa que negocio puro y duro para Secuoya, Vértice o Telefónica. Seguirá sangrando al ciudadano y además lo seguirán manipulando. La nueva Ley de RTVV no resuelve las carencias que tenia la Ley de 1984 y que les reclama la ciudadanía. La mayor parte de las leyes que rigen el funcionamiento, transparencia, control democrático, e independencia de RTVV, como el Consell Audiovisual de la Comunidad Valenciana, el Consejo Asesor y el Comité de redacción, no se cumplen o no han sido desarrolladas. La nueva ley de RTVV es su Ley (la del PP), que rompe el consenso de la Ley de 1984. Con ella y con el ERE, intentan borrar huellas tan sucias como el Gurtel o su gestión de los recursos humanos en fraude de Ley. ¿Le puede explicar usted, señor Fabra, a la ciudadanía y a los trabajadores despedidos, por qué no incluye en los papeles del ERE las fiscalizaciones anuales del Síndic de Comptes, verdadero órgano fiscalizador de RTVV según el artículo 26.3 de la Ley de Creación de 1984? No, señor Fabra, ni usted ni su predecesor el Señor Camps, pueden decir que no sabían nada, que no se han enterado de nada desde 1995 a 2010. Ni siquiera pueden hacer referencia a la mala herencia, ustedes han gobernado la Comunitat desde hace ya 18 años. A no ser que se disculpen y reconozcan que han hecho mal su trabajo, no leían lo que la Ley les obliga a leer y que sólo se preocupaban de RTVV para su lucimiento personal. Este reconocimiento de la culpa si que les haría Molt Honorables. Pero no. Ustedes actúan escudándose en la opacidad, intentando borrar las huellas y maquillándose delante de las cámaras. Pretenden que esas cámaras las manejen seres afines, sumisos o atemorizados por su crueldad. Ustedes y los gestores de RTVV, que han estado ustedes poniendo a dedo, ejemplifican perfectamente el concepto de mediocridad, endogamia y autocomplacencia que define Enrique Sueiro: Algunas organizaciones sacrifican la verdad para preservar el bien. Así, maquillan informaciones a sus empleados con el loable fin de no desanimarles con hechos y datos que no dan la talla del mensaje oficial, manifiestan incompetencia directiva, exhiben inmadurez de gestión y miopía de sensibilidad. Esta patología comunicativa supone practicar con hechos, negados con palabras, que el fin justifica los medios… Esta opción de manipular, tan vieja como la humanidad, es una posibilidad tentadora muy eficaz en entornos mediocres, endogámicos y autocomplacientes.(El Pais viernes 23 07 2012. Pag 25)
Si, queridos ciudadanos, todos estamos afectados por una lacra de presuntos delincuentes. Todos somos daños colaterales del sistema democrático secuestrado en el que convivimos. Entonces, a la impotencia, al miedo y la ansiedad de ser despedido injustamente se une la furia, la indignación y unas irrefrenables ganas de que la justicia actúe ya contra los delincuentes que nos han llevado ante tan negro futuro. Sólo nos vale la verdad. Que los verdaderos responsables paguen por su mala gestión. Ciudadano y trabajador deberían estar unidos frente al enemigo común: aquellos que habiéndoles dado la confianza de dirigir y gestionar el contrato social por el cual pagamos impuestos para garantizar el bienestar de todos, incluido el estar bien informados, han traicionado dicha confianza y utilizado las instituciones públicas para el lucro personal, como medio de propaganda partidista, para acosar sexualmente de sus trabajadoras o, simplemente, para colocar a dedo a sus familiares y amigos. Pura dedocracia.
Si, ciudadano, entre todos hemos de superar el narcisismo posmoderno. Ellos, los poderosos, creen que nos excluyen, pero lo que realmente hacen es afianzar nuestro compromiso con la democracia y con la utopía de un medio de comunicación público, plural y sin censuras. Nuestro compromiso, el de los trabajadores despedidos de RTVV, ha de ser con nuestros conciudadanos y recuperar RTVV. Nuestro deber es trabajar como sabemos, poniendo en marcha, desde el exilio, un medio de comunicación que diga y haga lo que nunca nos han dejado decir, ni hacer en RTVV. Un medio donde se cumplan estrictamente los principios fundacionales de la televisión pública valenciana. La idea del medio de comunicación libre, plural, ético y digno no será posible si tod@s no arrimamos el hombro. El apoyo de la ciudadanía responsable es tan fundamental como las horas que un puñado de idealista nos pasemos frente al ordenador intentando desde la nada buscar una alternativa digna a lo que José Valdelomar llamaba la cretinización colectiva.
La televisión pública que garantice el derecho de acceso y de voz a los ciudadanos es fundamental para una opinión pública y una sociedad sana y madura. Como decía J. Locke: aquellos que ejercen su derecho al voto sin antes haber oído todas las opiniones expuestas en un debate público, realmente no se encuentran capacitados para ejercer aquel derecho.
Salud
Álvaro José Olavaria Iglesia
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