LA PROPUESTA DE LA UNIÓ DE PERIODISTES O QUÍTATE TÚ PARA PONERME YO

Supongamos que un día, el presidente de una Comunidad Autonómica cualquiera se levanta con su instinto recortador por las nubes y decide, en un ataque de testosterona, cerrar la Universidad con la excusa de que cuesta mucho dinero, dinero que hace falta para mantener la Sanidad y los colegios, según dice.

Al igual que la sociedad entera, los trabajadores de esa Universidad (profesores, profesores asociados, administrativos, conserjes…) protestan, pues entienden que es un servicio fundamental para la sociedad a la vez que creen que sus puestos de trabajo les han sido injustamente arrebatados. Se rebelan, se manifiestan y presentan cientos de demandas, colectivas e individuales, contra el cierre. Pero todo esto no sirve de nada; la Universidad se cierra mientras esperan que la Justicia les dé la razón.

Dieciocho meses después, en esa Comunidad imaginaria hay elecciones y las urnas reemplazan a ese Presidente austericida por un nuevo gobierno que sí considera fundamental la Universidad y decide volver a abrirla.

Surge entonces un movimiento en contra de reponer a los trabajadores en sus puestos de trabajo con la excusa de que hay que empezar de cero y dar opción a las nuevas generaciones de licenciados que han surgido en los últimos años. De nada, o de bien poco, servirá que los antiguos trabajadores hayan pasado un proceso de selección, su experiencia en el medio o sus derechos laborales.

Parece increíble, ¿verdad? Pero vayamos un poco más allá e imaginemos que lo que el Presidente sátrapa ha cerrado ha sido la Sanidad Pública. Resultaría todavía aún más increíble que una asociación, llamémosla por ejemplo la “Asociación de Médicos de Sanidad” propusiera que no se tuviera en cuenta a los profesionales que llevaban tiempo desempeñando su trabajo, tampoco que hubieran pasado un proceso de selección, y los que tuvieran que ocupar esos puestos en la nueva Sanidad fueran recién licenciados. Sonaría insólito, ¿verdad?. Más si tenemos en cuenta que en la Sanidad, además de médicos hay enfermeros, camilleros, conserjes, recepcionistas, técnicos en contabilidad, administrativos……

La misma situación podría darse en una empresa privada. Supongamos que una empresa multinacional de refrescos de cola hace un ERE y cierra varias plantas. Después de dos victorias en los tribunales, en vez de readmitirlos la dirección decide sustituir a los antiguos trabajadores por gente más joven con la excusa de que rinden más (y cobran menos, añadiríamos).

Pues algo parecido propone la Unió de Periodistas para la nueva RTVV. Un colectivo que nada más representa al 12% de la antigua plantilla presenta un proyecto al futuro gobierno en el que se contempla, además de mucha teoría que no vamos a discutir, que los trabajadores que la hagan salgan de un nuevo proceso de selección en el que se tendrá en cuenta, y por este orden, “haber trabajado en la antigua RTVV, la oposición y la antigüedad”. Podría haberse elegido este otro orden: “la oposición, la antigüedad y haber trabajado en la antigua RTVV”, pero seguramente ésto tampoco es casual.

Para este informe se han rodeado de prestigiosos personajes de la Universidad que a modo de ejemplo y en lo que se refiere a la demanda que tiene presentada CGT ante la Audiencia Nacional dicen:

Els juristes consultats coincideixen a considerar com a poc probable una sentència favorable al recurs. Aquest anàlisi es basa en què l’acord va ser signat per la pràctica totalitat dels sindicats amb representació al Comité d’Empresa, únicament la CGT es va oposar.

En apenas tres líneas y con este pobre argumentario se despacha la demanda. Para este viaje probablemente no hacía falta tantas alforjas.

Nada se dice en ese informe de la supuesta sucesión de empresas en que se incurriría si se reabriera RTVV sin contar con los antiguos trabajadores. Parece olvidarse que además de la demanda colectiva de CGT hay cientos de denuncias de trabajadores y que se incrementarían en caso de seguir adelante con la propuesta de la Unión de Periodistas. Esta propuesta se pone al lado de lo que haría el Partido Popular, el mismo que cerró RTVV, cuando habla de que si vuelve a ganar y al final de la legislatura volverá a abrirla partiendo de cero.

La nueva RTVV debe partir de cero pero sólo en aquello que atañe a su línea editorial, a sus órganos de control y a que debe estar adaptada a los nuevos tiempos. En todo lo que respecta a su plantilla se debe tener en cuenta a los profesionales que la han mantenido durante casi 25 años pues en su gran mayoría ellos no han sido responsables ni del enorme agujero económico existente ni de la manipulación o de que haya sido siempre un órgano de partido, además que en la mayoría de casos han accedido a sus plazas después de un proceso de selección tan válido o más que el que la Unió de Periodistas propone.

El cambio generacional debe hacerse de una forma graduada según los antiguos trabajadores se vayan jubilando y a medida que se vayan creando nuevas necesidades de empleo. Lo que se propone en ese plan en cuanto a plantilla no es más que un “quítate tú para ponerme yo”, un volver a empezar porque de ese modo algunos de los que están fuera tendrán posibilidades de entrar. Esas posibilidades que hace 25 años no tuvieron porque eran apenas unos crios. Pero de eso los trabajadores que tienen su plaza en RTVV no tienen la culpa. Haber nacido antes.