A Pablo Bernal sólo le ha faltado decir aquello de "os voy a hacer una oferta que no vais a poder rechazar" y poner redoble de tambor cuando ha ofrecido un día más por año trabajado como indemnización por despido. "Una oferta en la línea del sector y muy por encima de lo que marca la reforma laboral" ha dicho. 25 días y 22 mensualidades como tope en una oferta trampa, ya que ese aumento de 2 meses afecta a muy pocos trabajadores; en concreto sólo a los que tengan una antigüedad desde octubre del 87. Ridículo si además se ha dicho NO al resto de la oferta global que la parte social le ofrecimos el viernes pasado y que hizo que se retiraran a sus palacios de invierno para consultarla:
- NO a las recolocaciones de trabajadores en la Administración. Tampoco a salvar la Unidad de Documentación y el Patrimonio Documental.
- NO a mantener a personal para mantener la Red y dar así servicio a las dos televisiones que siguen emitiendo ilegalmente y gratis por el multiplex de RTVV.
- NO a las prejubilaciones. Han dicho que las están estudiando pero que llevarlas a cabo supone gastar "todo el dinero que tienen previsto para indemnizaciones".
Como vemos, poca voluntad de negociación existe por parte de la empresa cuando además se da la circuntancia de que a una ex-trabajadora de RTVV, (cuyas iniciales son C.E.) se le reconoció la improcedencia de su despido y se aceptó pagarle 33 días por año, además de su "recolocación" en Generalitat. El precio de tirar a 1600 trabajadores a la calle y dejar sin radio y televisión públicas a los ciudadanos tiene que estar por tanto entre este mínimo de 33 días y el máximo de los 45 que afirmó en su dñia el vicepresidente Císcar y que establece nuestro Convenio Colectivo.
Así que llegados a este punto nos hemos vuelto a citar para el jueves esperando una respuesta más convincente a nuestra propuesta, esperando una oferta global que tenga en cuenta todo el daño que está produciendo este proceso y que definitivamente se siga manteniendo una empresa que es viable económicamente y que cuesta más cerrarla. Ese y no otro es nuestro objetivo.
Los representantes de los trabajadores seguimos teniendo nuestra voluntad de negociar intacta. Ahora solo falta que aquellos a los que se les llena la boca al hablar de esa misma voluntad la demuestren y que estas reuniones no nos sigan recordando a las de agosto de 2012 como en un déjà vu.
No hay comentarios:
Publicar un comentario