lunes, 27 de agosto de 2012

Golpe a los medios. Cartelera Turia

Artículo de Alfons Álvarez publicado en la Cartelera Turia.

GOLPE A LOS MEDIOS

18 de julio de 2012. La mayoría del Consejo de Administración de RTVV —todos los miembros designados por el PP—, aprueba un Expediente de Regulación de Empleo por el cual se prevé reducir en 1.295 trabajadores una plantilla de 1.695 personas. Los cambios legales, realizados por decreto ley y sin apenas debate parlamentario, afectan a nuestra calidad democrática. Uno de los primeros ha sido volver a hacer de RTVE una radio televisión de partido. En 2006, la reforma de RTVE de Zapatero supuso, entre otras cosas, que la radio televisión pública dejase de depender del gobierno de turno. El nombramiento del presidente de la Corporación RTVE por mayoría de 2/3 de las Cortes garantizaba la independencia, gracias al necesario consenso. Se rompía así una dependencia que RTVE arrastraba desde su creación por Franco en 1951. El PP ha desandado ese camino y ha vuelto al nombramiento por mayoría. Conclusión: al PP le resulta incómoda la democracia.

Los dos presidentes de la Corporación RTVE nombrados desde 2007 de forma consensuada, Luis Fernández y Alberto Oliag, elevaron la credibilidad de RTVE a niveles desconocidos, manteniendo unos índices de audiencia por encima del resto de radio televisiones públicas y privadas, a pesar de haber prescindido de una parte de su plantilla y haber renunciado a la publicidad. El paso atrás dado por el PP en RTVE solo se justifica en su profunda desconfianza de la libertad de información. El nombramiento como Jefe de Informativos de Julio Somoano —procedente de TeleMadrid—, es un síntoma más de que Mariano Rajoy ha optado por recortar la pluralidad e independencia necesarias para elaborar unos informativos creíbles.

Desde su puesta en funcionamiento en 1989 hasta nuestros días, la plantilla de RTVV ha pasado de poco más de 400 trabajadores a más de 1600. Un crecimiento exponencial ocurrido durante los años de mandato del PP. Años en los que no han faltado los escándalos, económicos y sexuales, los enchufismos, las opacidades, y la conversión de la dirección de RTVV en gabinete de comunicación de la Generalitat.

Los problemas de financiación de las radiotelevisiones autonómicas han llevado a su progresivo endeudamiento, al que ha contribuido la caída de ingresos publicitarios y la fragmentación de las audiencias. En el caso valenciano, esa crisis se ha visto agudizada por la mala gestión y el desvió de fondos públicos hacia particulares o a satisfacer demandas del partido en el gobierno, el Partido Popular. No hay más que echar una mirada atrás y repasar el latrocinio que supuso la visita del Papa en 2006, con la escandalosa contratación de la red mafiosa Gürtel, los continuos desembolsos económicos para financiar al Valencia C.F o la contribución a la ruinosa política de grandes eventos como la Fórmula 1. Para desmantelar y privatizar las radiotelevisiones públicas autonómicas, el PP ha necesitado dotarse de dos instrumentos legales: el que le permite entregar parcelas de su gestión y programación a la iniciativa privada, y una contrarreforma laboral que le posibilita reducir las plantillas a su mínima expresión y con el mínimo coste económico. Una vez listos ambos requisitos, tan solo quedaba que los Consejos de Administración dieran el visto bueno.

Con la demolición planificada de los medios de comunicación públicos, además del adelgazamiento de la dieta mediática de la ciudadanía a niveles de anorexia, el PP pretende garantizarse, mediante su traspaso a empresas amigas, la fidelidad a su discurso. Pero no todo lo público es rentable para los inversores privados. Ni toda la radio televisión pública es negocio. Por ejemplo, la producción de programas informativos no suele ser codiciada por la iniciativa privada. Son productos caros de producir. Tal vez por eso, las empresas interesadas en hacer negocio rápido y a bajo coste suelen fijarse en otro tipo de programas. En la parte más apetecible del pastel casi siempre están los fondos documentales. Las imágenes almacenadas en los archivos de las radiotelevisiones públicas suelen ser de fácil manipulación. Además de necesitarse para ilustrar cualquier background informativo, son la base de numerosos programas de entretenimiento. Así ha ocurrido con los archivos del NO-DO y con los de la propia RTVE. Los fondos documentales son un pilar fundamental para cualquier servicio informativo. Si además estos fondos documentales se ceden gratis, el negocio es redondo.

Los golpes mediáticos por parte del PP a los que estamos asistiendo tienen un elevado coste para la sociedad. Suponen un importante incremento del paro, el abandono de las funciones que justificaron la creación de estos medios públicos de comunicación —garantes de la calidad y objetividad de la información, además de instrumento necesario para la recuperación de la lengua propia y para la cohesión social, y la cesión a manos privadas de un patrimonio público en el que se ha invertido una parte de nuestro erario.

ALFONS ÁLVAREZ. PERIODISTA. SOCIO ACICOM




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